Por: John Garcia
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INTRODUCCIÓN:
Mt 22:1-14: «Y RESPONDIENDO Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos (Iglesia) es semejante a un hombre rey (Dios Padre), que hizo bodas (dominio sobre la Nueva Jerusalén) a su hijo (Jesús); Y envió sus siervos (profetas AC) para que llamasen los llamados a las bodas; mas no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos (profetas DC), diciendo: Decid a los llamados: He aquí, mi comida he aparejado; mis toros y animales engordados son muertos (Cruz – 31 DC), y todo está prevenido: venid a las bodas. Mas ellos no se cuidaron, y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; Y otros, tomando a sus siervos, los afrentaron y los mataron (judíos persiguen cristianos). Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos (romanos), destruyó a aquellos homicidas, y puso fuego a su ciudad (destrucción Jerusalén 70 DC). Entonces dice a sus siervos: Las bodas a la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados (judios) no eran dignos. Id pues a las salidas de los caminos (fuera de Jerusalén), y llamad a las bodas a cuantos hallareis (gentiles). Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos (de todo en la viña del Señor): y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver los convidados (juicio investigador), y vió allí un hombre no vestido de boda (justicia de Cristo). Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Mas él cerró la boca. Entonces el rey dijo a los que servían: Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera (borrado del libro de la vida): allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”