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En este corto estudio analizaremos la base fundamental de la oposición en Minnéapolis en 1888
Todo adventista debe saber que giró en torno a las dos leyes (la ceremonial y la moral) y a cuál de ellas se refería el apóstol Pablo en la carta que envió a los Gálatas. El texto en cuestión es el siguiente:
Según el texto la ley es un ayo (tutor, guía, maestro) que nos llevó a Cristo. El objetivo es que en Cristo fuésemos justificados por la Fe. Pero dice el apóstol que luego que la fe viene YA NO ESTAMOS BAJO AYO. Es decir, ya no estamos bajo la tutoría de la ley, bajo la guía de la ley, bajo el señorío de la ley.
El Pueblo adventista ha sido llevado a dos extremos en la comprensión de éste texto. Por la influencia y combate de los evangélicos se ha llegado a creer que tienen razón en el decir que aquí Pablo expresa que el «ya no estamos bajo ayo» significa que esa ley de éste texto ya no está vigente. Por ello, los evangélicos entienden que aqui habla de la ley moral y que esa ley ya no está vigente. Mientras que los adventistas que creen en la vigencia de la ley moral concluyen que la ley que se menciona aquí es la ley ceremonial y es esa la que no está vigente. ¿Quién tiene razón?
¡NINGUNO tiene razón! El texto NO se refiere a una ley sino a ambas, ambas leyes son nuetsro ayo. Y según la cita anterior se refiere principalmente a la ley moral. Pero tampoco está diciendo que ya dicha ley NO está vigente, lo que dice es que estando ya justificado por la fe no debe estar vigente es su tutoría o señorío en nuestra vida.
Este concepto lo dijeron Waggoner y Jones y fueron acusados de estar en contra de los hitos. Por eso se le opusieron los líderes de aquel entonces. Esto fue el fundamento del rechazo del mensaje, el no comprender el papel de la ley en la salvación del Hombre. El no entender que la ley no tiene que ver ni con la justificación ni con la santificación. Su única función es de condenarnos. Y eso nos lleva a Cristo quien es el que nos justifica y nos santifica
