¿Te ha mordido alguna vez una serpiente? ¿Cómo se siente?

Num 21:4 Y partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo, para rodear la tierra de Edom; y abatióse el ánimo del pueblo por el camino.

  • Han salido de Egipto.
  • Rodean Edom y no la atraviesan porque Edom es Esaú y es familia del pubelo de Israel.

Num 21:5  Y habló el pueblo contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Que ni hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 

  • Tenían pan, pero NO el pan que querían.
  • Estaban en rebelión contra Dios al murmurar contra Dios y contra su orden.
  • Contra su orden porque se quejaron del líder que Dios les había escogido.
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Num 21:6  Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo: y murió mucho pueblo de Israel. 

  • Eran ardientes porque su mordida era como una quemada.
  • Fuego como el que se siente con las medusas o la picada de los alacranes.
  • No somos conscientes de la protección divina.
  • No somos destruidos porque Dios nos protege de forma invisible.
  • Tenemos la protección del ángel guardián, que cuida a los que temen a Dios y le obedecen.
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Num 21:7  Entonces el pueblo vino á Moisés, y dijeron: Pecado hemos por haber hablado contra Jehová, y contra ti: ruega á Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. 

  • Se dieron cuenta que la aparición de las serpientes no era por causa natural.
  • Finalmente entienden que la causa de la aparición de las serpientes es por causa de su murmuración.
  • Muchos murieron hasta que reconocieron su pecado y se le dio la solución.

Num 21:8  Y Jehová dijo á Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre la bandera: y será que cualquiera que fuere mordido y mirare á ella, vivirá. 

  • La solución es hacer una serpiente de bronce.
  • ¿Por que Dios no los sana directamente? ¿Por qué manda a hacer una imagen?
  • La palabra clave: “mirare la serpiente”
  • Esto es una simbología. Jesús se refirió a ella:
  • Joh 3:14  Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado; 
  • Joh 3:15  Para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna. 
  • La serpiente de bronce simboliza a Cristo crucificado.
  • Pero, ¿cómo es esto posible si Apocalipsis 12 dice que la serpiente es símbolo del diablo, del pecado?
  • Se ve que hay dos tipos de serpientes, la de Dios (de bronce) y las del diablo (las que muerden y matan).
  • Algo parecido se vio en la corte de Faraón con Moisés. Moisés convirtió su vara en serpiente y los magos de Faraón también. Pero la serpiente de Moisés devoró las serpientes de los magos.
  • Jesus se identifica con la serpiente dado que ella simboliza el pecado.
  • Lo mismo que Jesus se le manifiesta a Moisés por medio de una zarza ardiente. La zarza con espinas simboliza el pecado, la naturaleza pecaminosa. Dios creó la zarza, pero el pecado hizo que tuviera espinas. El fuego es símbolo de la divinidad. De modo que la zarza ardiente representa la unión de la divinidad con carne de pecado en Cristo.
  • La serpiente simboliza la humanidad pecaminosa, según romanos:
  • Rom 3:12  Todos se apartaron, á una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno: 
  • Rom 3:13  Sepulcro abierto es su garganta; con sus lenguas tratan engañosamente; veneno de áspides está debajo de sus labios;
  • La serpiente alzada representa al Hijo de Dios con carne de pecado que debía ser levantado para nuestra salvación.
  • Y todo aquel que haya sido mordido por la serpiente del pecado, que mire a la serpiente levantada VIVIRÁ.

Num 21:9  Y Moisés hizo una serpiente de metal, y púsola sobre la bandera: y fué, que cuando alguna serpiente mordía á alguno, miraba á la serpiente de metal, y vivía. 

  • Hemos de mirar a la serpiente crucificada para vivir.
  • Contrasta esto con el espíritu de la serpiente que se arrastra, muerde y mata.
  • Veamos 2 Tesalonicenses:
  • 2Th 2:3  No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 
  • 2Th 2:4  Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, ó que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios. 
  • Esta es una serpiente (humano) que se levanta sobre Dios y se siente usurpando a Dios. Es la serpiente usurpadora. ¿Cómo se llama el espíritu que gobierna al papado, a la serpiente usurpadora?
  • 2Th 2:7  Porque ya está obrando el misterio de iniquidad: solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide; 
  • Ha heredado el espíritu del diablo, que le hizo caer del cielo:
  • Eze 28:17  Enaltecióse tu corazón á causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría á causa de tu resplandor: yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 
  • La caída de Lucifer vino porque se vio así mismo su hermosura y quiso enzarzarse sobre Dios.
  • El espíritu del papado fue lo mismo: se puso a mirarse a sí mismo y se ensalzo sobre Dios.
  • El espíritu contrario al misterio de iniquidad es el misterio de la piedad:
  • 1Ti 3:16  Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado á los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.
  • El misterio de la iniquidad es la criatura que se ensalza para usurpar a Dios.
  • El misterio de la piedad es que Dios se hace criatura. Es el sentir de Cristo:
  • Php 2:5  Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:  Php 2:6  El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios:  Php 2:7  Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres;  Php 2:8  Y hallado en la condición como hombre (como serpiente), se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
  • Ese sentir es el que debemos tener.
  • Hay dos tipos de serpiente: la que se arrastra y muerde, esa engendra muerte; y la que serpiente crucificada, que si miramos vivimos.
  • Nosotros nacemos como la serpiente que se arrastra, porque tenemos veneno en nuestro hablar. Y de forma natural manifestamos el espíritu de la serpiente. ¿Y qué hacemos? Mordemos y engendramos muerte. Mientras sigamos viéndonos a nosotros mismos u a cualquier otro ser humano, seguiremos mordiendo y matando.
  • Debemos de nacer de nuevo, para convertirnos en serpientes crucificadas. Y así tener el espíritu de Jesús. (minuto 35.13).
  • Ya vimos lo que debemos ser, ahora veamos cómo lograrlo:
  • EL CÓMO NOS CONVERTIMOS EN SERPIENTES CRUCIFICADAS
  • Juan 1:1  EN el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 
  • Joh 1:14  Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 
  • Los discípulos vieron su gloria, su gloria o divinidad a través de la carne de pecado, a través de la naturaleza de serpiente.
  • Cuando hace el milagro de las bodas de Caná:
  • Joh 2:11  Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. 
  • Ver su gloria, es ver sus milagros, su naturaleza divina, su carácter divino a través de la naturaleza de serpiente.
  • Y así en todo el libro de Juan es mostrándonos la gloria de Jesús, la gloria del Unigénito.
  • ¿Y cuál es el resultado de ver la gloria del Hijo? Lo contrario de verse a sí mismo.
  • Cuando Lucifer se vio a sí mismo, vio su hermosura, entonces pecó. El resultado de verse a sí mismo es pecado
  • ¿Y si vemos la gloria de Cristo, qué va a pasar? Obediencia. Leamos la Biblia:
  • 2Co 3:18  Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor. 
  • Si contemplamos a Cristo, su gloria, seremos transformados en su semejanza.
  • No es mirar su humanidad, es mirar su divinidad.
  • Es mirarlo a cara descubierta.
  • Es lo mismo que cuando las serpiente, que solo al mirar la de bronce vivias. No discutiendo, ni filosofando, solo mirando.
  • No debemos mirarnos a nosotros mismo, a nuestros hermanos, o cualquier otro ser humano. Es mirar a Cristo, y es mirar su divinidad. Así lo dice EGW:
  • Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Debiéramos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales. Y mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se reavivará nuestro amor, y quedaremos más imbuídos de su Espíritu. Si queremos ser salvos al fin, debemos aprender la lección de penitencia y humillación al pie de la cruz. { DTG 63.2; DA.83.4 }
  • Cada día de la semana: domingo, lunes, martes, etc.
  • Dedicar una hora: no 5 minutos apresurados antes de ir a trabajar o a estudiar.
  • Contemplación: mirar la gloria de Cristo, su divinidad.
  • ¿Resultados? Aumenta la fe, se reavivará el amor, y seremos llenos de su espíritu.
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