SEMANA DE ORACIÓN TEMÁTICA
Devocionales
Lunes 18/3: Jesús te creó sano y hoy quiere sanarte.
Martes 19/3: Jesús quiere mantenerte sano.
Miércoles 20/3: El Diablo quiere enfermarnos y cómo lo logra.
Jueves 21/3: Un herencia de salud y enfermedad.
Viernes 22/3: La forma y los remedios como Jesús quiere sanarte. La oración de sanidad

Lunes 18/3: Jesús te creó sano y hoy quiere sanarte.
- Las tres principales causas de muerte en España, y cómo evitarlas.
- En 2020:
- La primera causa es el infarto, la enfermedad coronaria y el ACV con un 25% del total de la población y aumenta a 58% para mayores de 75 años.
- La 2da causa es el cáncer con un 23,5% y aumenta a 83,2% para mayores de 65 años.
- La 3era causa es el EPOC y la Neumonía con un 11,3% y aumenta a 67,6% para mayores de 75 años (Fuente: INE, 2020).
- La conclusión es que el 60% de los muertos son por enfermedades causadas por el estilo de vida malsano.
- Y que la mayoría de afectados son personas mayores de 73 años.
- Todas estas enfermedades se podrían evitar y también se pueden curar.
- Es cierto que algún día moriremos, pero el tipo de vida que llevaremos y la longevidad dependen de nuestro estilo de vida.
- La prevención y curación de estas enfermedades puede llevarse adelante con el método curativo De Dios.
- Es el método que usó Jesucristo cuando estuvo en esta tierra.
- Se perdió por miles de años, pero fue restaurado en el siglo XIX.
- Y hoy sigue funcionando para quienes lo aplican.
- Veamos los principios de éste método:
- Dios nos creó sanos. Con anatomía y fisiología correctas:
Dios es el Creador, y diseñó nuestro cuerpo en orden y sistema, luego sopló aliento de vida (carga vital inicial).
Gén 2:7 Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.
Gén 1:27 Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.
Gén 1:28 Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
La vida es en abundancia, y es en cuerpo y mente completos y funcionando en armonía y plenitud.
La muerte es lo contrario, un cuerpo sin funcionamiento armónico. La enfermedad es un cuerpo que no funciona correctamente o que se le ha desorganizado algún órgano.
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social que incluye la ausencia de enfermedad o dolencia.
Éxo 15:26 Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído á sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié á los Egipcios te enviaré á ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.
Dios nos ha dotado de cierto caudal de fuerza vital. Nos ha formado también con órganos adecuados para el cumplimiento de las diferentes funciones de la vida, y tiene dispuesto que estos órganos funcionen armónicamente. Si conservamos con cuidado la fuerza vital, y mantenemos en buen orden el delicado mecanismo del cuerpo, el resultado será la salud… MC 179.3

Martes 19/3: Jesús quiere mantenerte sano.
Jesús es el sustentador:
Heb 1:3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas,
El Señor sustenta nuestra vida, y por consiguiente nuestra salud. Pero nos ha dado una parte como colaboradores en el mantenimiento de nuestra vida y nuestra salud: el no oponernos a su obra de sustentación.
Dios nos ha dotado de cierto caudal de fuerza vital. Nos ha formado también con órganos adecuados para el cumplimiento de las diferentes funciones de la vida, y tiene dispuesto que estos órganos funcionen armónicamente. Si conservamos con cuidado la fuerza vital, y mantenemos en buen orden el delicado mecanismo del cuerpo, el resultado será la salud… MC 179.3
Para tener salud necesitamos:
- Conservar la fuerza vital.
- Mantener en buen orden el mecanismo.
- Mantener en buen funcionamiento.
Lev 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está.
La vida de la carne está en la sangre.
Vida = salud.
La salud depende del estado de la sangre.
Para tener buena salud, debemos tener buena sangre, pues la sangre es la corriente de la vida. Repara los desgastes y nutre el cuerpo. Provista de los elementos convenientes y purificada y vitalizada por el contacto con el aire puro, da vida y vigor a todas partes del organismo. Cuanto más perfecta sea la circulación, mejor cumplida quedará aquella función.
A cada latido del corazón, la sangre debe fluir rápida y fácilmente por todas partes del cuerpo. Su circulación no debe ser entorpecida por ropas o ligaduras apretadas, ni por insuficiente abrigo en las extremidades. Todo lo que dificulta la circulación detiene la sangre en los órganos vitales y produce congestión. Esto provoca dolor de cabeza, tos, palpitaciones cardíacas o indigestión. MC 206.2-MC 206.3
La salud depende de la obediencia:
Éxo 15:26 Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído á sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié á los Egipcios te enviaré á ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.
El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimenticio conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos. Es de suma importancia darse cuenta exacta de los principios implicados en el tratamiento de los enfermos, y recibir una instrucción práctica que le habilite a uno para hacer uso correcto de estos conocimientos.. MC 89.1
En muchos casos de enfermedad, el mejor remedio para el paciente es un corto ayuno, que omita una o dos comidas, para que descansen los órganos rendidos por el trabajo de la digestión. Muchas veces el seguir durante algunos días una dieta de frutas ha proporcionado gran alivio a personas que trabajaban intelectualmente; y un corto período de completa abstinencia, seguido de un régimen alimenticio sencillo y moderado, ha restablecido al enfermo por el solo esfuerzo de la naturaleza. Un régimen de abstinencia por uno o dos meses convencerá a muchos pacientes de que la sobriedad favorece la salud. . MC 180.2
Para tener buena sangre, debemos respirar bien. Las inspiraciones hondas y completas de aire puro, que llenan los pulmones de oxígeno, purifican la sangre, le dan brillante coloración, y la impulsan, como corriente de vida, por todas partes del cuerpo. La buena respiración calma los nervios, estimula el apetito, hace más perfecta la digestión, y produce sueño sano y reparador. MC 206.4

Miércoles 20/3: El Diablo quiere enfermarnos y cómo lo logra.
- El pecado es transgresión de la ley:
1Jn 3:4 Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley.
- Aplica igual a la las leyes del cuerpo humano.
- La salud es un don De Dios.
- Se mantiene obedeciendo a las leyes del cuerpo que Dios colocó.
- Nos enfermamos el cuerpo por la desobediencia.
Juan 5:14 Después le halló Jesús en el templo, y díjole : He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.
- Por tanto, la enfermedad es resultado de transgredir las leyes de la salud.
Si conservamos con cuidado la fuerza vital, y mantenemos en buen orden el delicado mecanismo del cuerpo, el resultado será la salud… MC 179.3
- Tres acciones que causan la enfermedad:
- Agotar demasiado pronto la fuerza vital.
- Cambiar el orden de los órganos.
- Afectar el funcionamiento armónico de la maquinaria vital.
- El resultado es que el cerebro, el sistema nervioso extrae reservas.
- Si es constante los órganos se ven afectados.
- El cuerpo reacciona con enfermedad.
El diablo nos tienda a dejar a un lado los remedios De Dios
El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimenticio conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios… MC 89.1
- El diablo lo sabe y nos tienta a desobedecer:
- A respirar mal o aire malsano.
- A evitar el sol.
- A beber bebidas fermentadas.
- A no descansar.
- A no hacer ejercicio.
- A comer de los alimentos prohibidos por su daño al cuerpo y a la maquinaria.
- A no tomar agua o tomar sustitutos.
- A la duda, la incredulidad, a no mantener una relación vital con Dios.
- Veamos un cuadro comparativo:


Jueves 21/3: Un herencia de salud y enfermedad.
- No solo nos enfermamos por decisión propia, por cometer un acto de desobediencia.
- También nos enfermamos por que se desencadene alguna enfermedad heredada.
- Por la desobediencia vino la enfermedad. Y por nuestra desobediencia se acrecienta nuestras enfermedades.
Rom 5:12 De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
- Hemos heredado un cuerpo deteriorado (dañado y con tendencia) y con menos fuerza vital.
- Además hemos nacido ESCLAVOS de la enfermedad, la muerte y el mismo diablo (enfermador, destructor).
HERENCIA DE PECADO Y DE ENFERMEDAD – ley del pecado
Éxo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra:
Éxo 20:5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,
Éxo 20:6 Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos.
Es inevitable que los hijos sufran las consecuencias de la maldad de sus padres, pero no son castigados por la culpa de sus padres, a no ser que participen de los pecados de éstos. Sin embargo, generalmente los hijos siguen los pasos de sus padres. Por la herencia y por el ejemplo, los hijos llegan a ser participantes de los pecados de sus progenitores. Las malas inclinaciones, el apetito pervertido, la moralidad depravada, además de las enfermedades y la degeneración física, se transmiten como un legado de padres a hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Esta terrible verdad debiera tener un poder solemne para impedir que los hombres sigan una conducta pecaminosa. PP54 313.6 https://m.egwwritings.org/es/book/183.1506
Tanto los padres como las madres están comprendidos en esta responsabilidad. Ambos padres transmiten a sus hijos sus propias características, mentales y físicas, su temperamento y sus apetitos. Con frecuencia, como resultado de la intemperancia de los padres, los hijos carecen de fuerza física y poder mental y moral. Los que beben alcohol y los que usan tabaco pueden transmitir a sus hijos sus deseos insaciables, su sangre inflamada y sus nervios irritables, y se los transmiten en efecto. Los licenciosos legan a menudo sus deseos pecaminosos, y aun enfermedades repugnantes, como herencia a su prole. Como los hijos tienen menos poder que sus padres para resistir la tentación, hay en cada generación tendencia a rebajarse más y más. Los padres son responsables, en alto grado, no solamente por las pasiones violentas y los apetitos pervertidos de sus hijos, sino también por las enfermedades de miles que nacen sordos, ciegos, debilitados o idiotas. PP 544.4
LA ESCLAVITUD AL PECADO, Y A LA ENFERMEDAD, Y A LOS HABITOS QUE ENFERMAN
Rom 7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á sujeción del pecado.
Rom 7:15 Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago.
Rom 7:16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
Rom 7:17 De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mí.
Rom 7:18 Y yo sé que en mí (es á saber , en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
Rom 7:19 Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.
Rom 7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí.
Rom 7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.
Rom 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios:
Rom 7:23 Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
Rom 7:24 ¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?
Rom 7:25 Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.
Es un pecado estar enfermo, porque todas las enfermedades son resultado de la transgresión. Muchos sufren como consecuencia de la transgresión de sus padres. No se los puede censurar por el pecado de ellos; sin embargo, tienen el deber de investigar en qué puntos sus padres violaron las leyes de su ser, con lo que impusieron a sus hijos una herencia tan miserable. Y, al descubrir los errores de aquellos, se deben apartar de ese curso de acción y practicar hábitos correctos con el fin de promover una salud mejor. CMM 61.2
LAS TENDENCIAS DE LA CARNE LLEVAN A LA ENFERMEDAD:
Rom 8:6 Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz:
Rom 8:7 Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.
Rom 8:8 Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios.
PROMESA DE LIBERACIÓN, SANIDAD Y VIDA:
Rom 8:1 AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.
Rom 8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Rom 8:3 Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Rom 8:4 Para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme á la carne, mas conforme al espíritu…
Rom 8:9 Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.
Rom 8:10 Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á causa del pecado; mas el espíritu vive á causa de la justicia.
Rom 8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora en vosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

Viernes 22/3: La forma y los remedios como Jesús quiere sanarte. La oración por la sanidad.
Recapitulando.
- Jesús nos creó sanos y felices.
- El pecado trajo la enfermedad y la muerte.
- Podemos tener mejor calidad de vida aún, si obedecemos las leyes de la salud, las leyes de nuestro cuerpo.
- Si lo hacemos nos ponemos en el camino de recibir la bendición del sustento de la vida y la salud de parte De Dios.
- Tres principios de salud.
- El buen funcionamiento depende de la calidad de la sangre.
- El diablo quiere enfermarnos y para ello nos tienta a quebrantar los principios y leyes de la salud.
- Además tenemos una herencia de enfermedad y nacimos esclavos de los hábitos que enferman.
- ¿Cómo ser librado de la herencia física de enfermedad y de los malos hábitos que nos enferman?
La forma como Jesús sana.
- Jesús vino a salvar del pecado. Moral y físicamente. Por eso parte integral en su ministerio fue la curación. Curó inclusive enfermedades incurables en su tiempo.
- Lo fundamental o el primer paso en la curación es reconocer que se está enfermo (Mateo 9.12; Marcos 2.17).
- Mat 9:12 Y oyéndolo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos .
- Mar 2:17 Y oyéndolo Jesús, les dice: Los sanos no tienen necesidad de médico, mas los que tienen mal. No he venido á llamar á los justos, sino á los pecadores.
- Mayormente, la enfermedad produce síntomas que son dolorosos y detectables.
- En otras ocasiones los sistemas no son perceptibles por nosotros, y por eso hay que hacerse un chequeo regular.
- Los síntomas vendrían a ser el aviso del cuerpo a la persona de que hay un problema (enfermedad) que debe ser detectada y atendida a tiempo.
- La enfermedad es anatómica y fisiológica.
Cuando el abuso de la salud se lleva a tal extremo que remata en enfermedad, el paciente puede muchas veces hacer por sí mismo lo que nadie puede hacer por él. Lo primero es determinar el verdadero carácter de la enfermedad, y después proceder con inteligencia a suprimir la causa. Si el armónico funcionamiento del organismo se ha perturbado por exceso de trabajo, de alimento, o por otras irregularidades, no hay que pensar en remediar el desarreglo con la añadidura de una carga de drogas venenosas. MC 180.1
- Según lo anterior, los pasos como Jesús nos cura son:
- Determinar el verdadero carácter de la enfermedad.
- Renunciar a la falsa medicina y sus drogas.
- Reconocer el pecado que nos llevo a esa enfermedad.
- Confesar nuestros errores y pecados.
- Suprimir la causa (abandono de la práctica que nos enfermó).
- Buscar al médico divino y pedir el remedio.
- Aplicar el remedio natural.
- Hacer la oración de sanidad.
CUÁN ENFERMOS:
- Determinar la profundidad de nuestra enfermedad
LA FALSA MEDICINA
- Renunciar a la falsa medicina y los falsos médicos.
- 2Cr 16:12 Y el año treinta y nueve de su reinado enfermó Asa de los pies para arriba, y en su enfermedad no buscó á Jehová, sino á los médicos.
- 2Re 1:2 Y Ochôzías cayó por las celosías de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo envió mensajeros, y díjoles: Id, y consultad á Baal-zebub dios de Ecrón, si tengo de sanar de esta mi enfermedad.
- 2Re 1:3 Entonces el ángel de Jehová habló á Elías Thisbita, diciendo: Levántate, y sube á encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y les dirás: ¿No hay Dios en Israel, que vosotros vais á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón?
- 2Re 1:4 Por tanto así ha dicho Jehová: Del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás ciertamente. Y Elías se fué.
SUPRESIÓN DE LA CAUSA: Arrepentimiento y Confesión del pecado que enfermó
- La base de la curación es arrepentimiento y fe.
- El arrepentimiento es un cambio de vida y de estilo de vida.
- La fe es creer a Dios y disponernos para obedecer.
- El arrepentimiento incluye reconocer nuestra enfermedad, determinar su naturaleza, y su causa. Renunciar a ella y a lo q la causó y luego proceder a suprimir todas las causas.
- La fe incluye reconocer q nuestro cuerpo no es nuestro, y que hemos ofendido al dueño. Pedir perdón y estar dispuestos a cuidar de nuestro cuerpo por amor a Dios y a nosotros mismos y a nuestro prójimo.
El Médico Divino y su remedio
- La fe también implica creer en Cristo como sanador y creer en su cura.
- Toda curación es milagrosa y es venida De Dios por medio de Cristo. Algunas son lentas y otras más rápidas. Pero todas las curas incluyen los remedios naturales y excluyen las drogas que no curan.
- Hay muchas maneras de practicar el arte de sanar; pero hay una sola que el Cielo aprueba. Los remedios de Dios son los simples agentes de la naturaleza, que no recargarán ni debilitarán el organismo por la fuerza de sus propiedades. El aire puro y el agua, el aseo y la debida alimentación, la pureza en la vida y una firme confianza en Dios, son remedios por cuya falta millares están muriendo; sin embargo, estos remedios están pasando de moda porque su uso hábil requiere trabajo que la gente no aprecia. El aire puro, el ejercicio, el agua pura y un ambiente limpio y amable están al alcance de todos con poco costo; mientras que las drogas son costosas, tanto en recursos como en el efecto que producen sobre el organismo. CMM 26.1
Los Remedios Divinos
- Los remedios naturales son:
- Todo lo q no es remedio natural es una droga que no cura sino que hace más mal que bien.
- Dios obra a través de los remedios naturales pero no obra a través de las drogas.
Estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las más exquisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud. Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del hombre. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo, y ayuda a la naturaleza a resistir a la enfermedad. Aplicada externamente, es uno de los medios más sencillos y eficaces para regularizar la circulación de la sangre. Un baño frío o siquiera fresco es excelente tónico. Los baños calientes abren los poros, y ayudan a eliminar las impurezas. Los baños calientes y templados calman los nervios y regulan la circulación. MC 181.1
La inacción es causa fecunda de enfermedades. El ejercicio aviva y regula la circulación de la sangre; pero en la ociosidad la sangre no circula con libertad, ni se efectúa su renovación, tan necesaria para la vida y la salud. La piel también se vuelve inactiva. Las impurezas no son eliminadas como podrían serlo si un ejercicio activo estimulara la circulación, mantuviera la piel en condición de salud, y llenara los pulmones con aire puro y fresco. Tal estado del organismo impone una doble carga a los órganos excretorios y acaba en enfermedad. MC 182.1
No obstante todo cuanto se ha dicho y escrito respecto a la importancia del ejercicio físico, son todavía muchos los que lo descuidan. Unos engordan porque su organismo está recargado; otros adelgazan y se debilitan porque sus fuerzas vitales se agotan en la tarea de eliminar los excesos de comida. El hígado queda recargado de trabajo en su esfuerzo por limpiar la sangre de impurezas, lo cual da por resultado la enfermedad. . MC 183.5
La Oración de Fe
Stg 5:13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? haga oración. ¿Está alguno alegre? cante salmos.
Stg 5:14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame á los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Stg 5:15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.
Stg 5:16 Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.
En la Palabra de Dios encontramos instrucción respecto a la oración especial para el restablecimiento de los enfermos. Pero el acto de elevar tal oración es un acto solemnísimo, y no se debe participar en él sin la debida consideración. En muchos casos en que se ora por la curación de algún enfermo, lo que llamamos fe no es más que presunción.
Muchas personas se acarrean la enfermedad por sus excesos. No han vivido conforme a la ley natural o a los principios de estricta pureza. Otros han despreciado las leyes de la salud en su modo de comer y beber, de vestir o de trabajar. Muchas veces uno u otro vicio ha causado debilidad de la mente o del cuerpo. Si las tales personas consiguieran la bendición de la salud, muchas de ellas reanudarían su vida de descuido y transgresión de las leyes naturales y espirituales de Dios, arguyendo que si Dios las sana en respuesta a la oración, pueden con toda libertad seguir sus prácticas malsanas y entregarse sin freno a sus apetitos. Si Dios hiciera un milagro devolviendo la salud a estas personas, daría alas al pecado. MC 173.2-MC 173.3