Dios nos creó sanos y perfectos, maravillosamente fuimos formados (Sal 139.14).
El pecado deformó un poco la obra De Dios, y pervirtió nuestros gustos y deseos.
Por el pecado entraron los malos hábitos y la enfermedad y la muerte.
El pecado, los malos hábitos, la enfermedad y la muerte hemos heredado de nuestros antepasados.
Se ha ido acumulándo pecado, hábitos y enfermedad.
Dios quiere que tengamos salud y prosperidad. Él es nuestro sanador (Exodo 15.26). Bueno, vamos a colocar otro y
Tenemos que ver lo malo de nuestros hábitos, arrepentirnos de ellos y por el perdón y la gracia De Dios dejar el mal estilo de vida, y adoptar el buen estilo de vida.
Por su sabiduría, gracia y poder, y por su justicia, debemos aprender y habituarnos a hacer lo bueno. Un buen estilo de vida.
Debemos convertirnos en mensajeros de salud para otros (Mateo 10).