Un llamado más para no ir detrás de fábulas supersticiosas, de no caer en el error que para ser dignos de vida eterna o para ser santificados sea necesario decir los nombres de la Deidad en hebreo conforme a la tradición judía.
➡️ El pueblo judío había sido depositario de la verdad sagrada; pero el farisaísmo había hecho de él el más exclusivista, el más #fanático de toda la familia humana. Todo lo que se refería a los sacerdotes y príncipes: sus atavíos, #costumbres, ceremonias, #tradiciones, los #incapacitaba para ser la luz del mundo. Se miraban a sí mismos, la nación judía, como el mundo. Pero Cristo comisionó a sus discípulos para que #proclamasen una fe y un culto que no #encerrasen idea de #casta ni de #país, una fe que se adaptase a todos los pueblos, todas las naciones, todas las clases de hombres. DTG 759.1
Hebraizar los nombres bíblicos, no es más que una costumbre y tradición propia de fariseos que Jesús, el Hijo de Dios no permitió que siguiera como condición para ser predicado el evangelio. La comisión fue que se anunciase una fe que se ADAPTASE a todo el mundo. Para ello iba a ser derramado el don del Espíritu Santo en el Pentecostés como lenguas de fuego sobre los apóstoles para que pudieran alcanzar a toda casta y a todo país gracias al don de lenguas.
Hch 1:8: «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»
Llegado el día de la promesa, vino del cielo un gran estruendo que sacudió la tierra, señal inequívoca que los discípulos recibirían poder para que la fe de Jesús fuera pregonada a todos los hombres que se encontraban el día de Pentecostés allá en Jerusalén, judíos, varones piadosos, de TODAS LAS NACIONES. El evangelio debía predicarse a toda nación y tribu en su lengua natal, y no conforme a contiendas de palabras judaizantes.
En los evangelios sinópticos vemos cómo se desarrolla el principio para enseñar el testimonio de Jesús, que es en la lengua materna de los que han de creer en Jesús por la palabra de ellos (Jn 17:20).
Is 7:14: «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.»
Mt 1:23: «He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que TRADUCIDO es: Dios con nosotros.»
Este principio bíblico de traducir las Escrituras al idioma original del nuevo creyente, es el mismo que en la Reforma fuera exaltado con gran poder para que los hombres de todas las naciones pudieran conocer la verdad del evangelio que había sido oculto por siglos por el cuerno pequeño.
➡️ Al mismo tiempo que Lutero daba la Biblia al pueblo de Alemania, Tyndale era impulsado por el Espíritu de Dios a hacer otro tanto para Inglaterra. La Biblia de Wiclef había sido traducida del texto latino, que contenía muchos errores. No había sido impresa, y el costo de las copias manuscritas era tan crecido que, fuera de los ricos y de los nobles, pocos eran los que podían proporcionárselas, y como, además, la iglesia las proscribía terminantemente, solo alcanzaban una circulación muy escasa. En el año 1516, o sea un año antes de que aparecieran las tesis de Lutero, había publicado Erasmo su versión greco – latina del Nuevo Testamento. Era esta la primera vez que la Palabra de Dios se imprimía en el idioma original. En esta obra fueron corregidos muchos de los errores de que adolecían las versiones más antiguas, y el sentido de la Escritura era expresado con más claridad. Comunicó a muchos representantes de las clases educadas un conocimiento mejor de la verdad, y dio poderoso impulso a la obra de la Reforma. Pero en su gran mayoría el vulgo permanecía apartado de la Palabra de Dios. Tyndale iba a completar la obra de Wiclef al dar a sus compatriotas la Biblia en su propio idioma. CS 251.1
¡Oh! si los cristianos poseyesen la Biblia en su propio idioma serían capaces de resistir a estos sofistas. Sin las Santas Escrituras, es imposible confirmar a los legos en la verdad» ( CS 252.2 ).
¡Cuidado con las falsas reformas! La reforma que necesitamos es volver al adventismo original que seguía el fundamento de los apóstoles y ellos no judaizaban ni entraban en contiendas de palabras.