Lc 1:17 RVG’2010: «Porque él irá delante de Él en el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y los desobedientes a la sabiduría de los justos, para preparar un pueblo dispuesto para el Señor.»

Año 2021 y Cristo no viene. Algunos que una vez proclamaron el mensaje de los tres ángeles han quedado a la deriva y sin fe, porque dicen que por más prediquen la esperanza de la venida del Salvador, éste nada más no viene. Qué decir de los incrédulos, que nos echan en cara que han pasado siglos y siglos escuchándose este anuncio y Jesús no viene.

Para que Cristo venga falta que se levanten hombres que ‘prediquen el evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. La clase de hombres necesaria debe ser peculiar, como aquel que preparó el camino a la primera venida del Mesías.

Mt 17:11 RVA’1602: «Y respondiendo Jesús, les dijo: á la verdad, Elías vendrá primero, y restituirá todas las cosas.»
Mt 17:13: «Los discípulos entonces entendieron, que les habló de Juan el Bautista.»

➡️ En esta época precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, Dios necesita hombres que preparen un pueblo para que esté en pie en el gran día del Señor. En estos últimos días se debe efectuar una obra igual a la que hizo Juan. Mediante los agentes que el Señor ha elegido, él está dando mensajes a su pueblo, y quiere que todos presten atención a las admoniciones y amonestaciones que envía. El mensaje que precedió al ministerio público de Cristo fue: Arrepentíos, publicanos y pecadores; arrepentíos, fariseos y saduceos, “porque el reino de los cielos se ha acercado”. NUESTRO MENSAJE NO ES DE PAZ Y SEGURIDAD. En nuestra condición de pueblo que cree en la pronta aparición de Cristo, tenemos un mensaje definido para dar: “Prepárate para encontrarte con tu Dios”.

NUESTRO MENSAJE DEBE SER TAN DIRECTO como fue el de Juan. El reprendió a reyes por su iniquidad. A pesar de que ponía en peligro su vida, nunca permitió que languideciera la verdad en sus labios. Nuestra obra en esta época debe ser hecha con igual fidelidad…

En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elías… Debemos esforzarnos para preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elías el profeta y a Juan el Bautista (SW 21-3-1905).

Sin embargo, falsas enseñanzas se han introducido dentro del rebaño que buscan impedir el fin del pecado. Como cizaña que crece junto a la buena semilla se ha insertado una enseñanza de ser políticamente correcto. Debido a estas herejías, el pueblo de Dios se ha vuelto complaciente y condescendiente con los que cometen pecado; dicen que la salvación es personal, que no se debe juzgar a nadie, que se debe hablar con amor y no ser muy duro con el impenitente.

Una persona «políticamente correcta», o PC por sus siglas en inglés de political correctness, carece generalmente de una virtud crítica frente a la sociedad, cuando tu no estás de acuerdo con ellos, te llamas intolerante, racista o incluso fascista.

«’politically correct’, definition in the Cambridge English Dictionary».

El espíritu de error se mueve sobre el mundo y sobre la iglesia. Hombres religiosos detestan ser amonestados y reprendidos, porque prontamente te etiquetan con nombres despectivos como disidente, enemigo de la iglesia, hijo del diablo, y cosas parecidas a estas. El mundo se ha introducido dentro de la iglesia, la sociología y la filosofía política ha crecido como maleza buscando acuñar un mensaje de carácter inclusivo y amigable con el pecado.

Muchos hombres PC evitan señalar el pecado y llamarlo como tal, porque evaden la responsabilidad como atalayas para no ser mal vistos y no perder simpatía con quienes andan en el error. Quedan a la expectativa y sus juicios los hacen para sus adentros, convirtiéndose en cómplices silencios del error.

Necesitamos renacer con un fervor como llama de fuego que tenga el poder de arrasar con el pecado y dejar de ser benignos con el pecado.

➡️ La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos. ED 54.3

➡️ ¡Ojalá que cada ministro comprendiese cuán sagrado es su cargo y santa su obra, y revelase el mismo valor que manifestó Elías! Como mensajeros designados por Dios, los ministros ocupan puestos de tremenda responsabilidad. A cada uno de ellos le toca cumplir este consejo: «Reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.» 2 Timoteo 4:2. Deben trabajar en lugar de Cristo como dispensadores de los misterios del cielo, animando a los obedientes y amonestando a los desobedientes… Su mensaje debe ser: «Así dijo Jehová.» Dios llama a hombres como Elías, Natán y Juan el Bautista, hombres que darán su mensaje con fidelidad, irrespectivamente de las consecuencias; hombres que dirán la verdad con valor, aun cuando ello exija el sacrificio de todo lo que tienen. PR 104.3

Dios no nos ha llamado a ser populares, nos ha llamado a preparar el camino del Señor para que venga a recompensar a cada quien sea su obra. Debemos dejar a un lado el sentimentalismo que busca la simpatía de los demás suavizando el llamado de la reprensión que clama por arrepentimiento. No es una labor fácil, el desprecio y la burla la acompañan; mas la recompensa es grande, porque no viene de hombre, sino de Dios.

Mc 8:36 RVR1960: «Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?»

Jn 12:25: «El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.»

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