• Hermanos, en estas fechas la mayoría celebra la Navidad con luces, regalos y festividades, pero olvidan el propósito real de ese nacimiento. Aunque sabemos que Jesús no nació el 25 de diciembre, sabemos que nació, y su llegada al mundo cambió la historia de la humanidad. La pregunta que debemos hacernos no es cuándo nació, sino por qué nació.
  • En estas fechas la gente celebra la navidad. La navidad es (según dicen), la celebración del nacimiento del Hijo De Dios. Aunque sabemos que Jesús NO nació en esta fecha, sabemos que nació. Y queremos es analizar el propósito del nacimiento de Jesús en esta tierra.
  • Un texto icónico en esta fecha es el de Lucas 2, el cual define la navidad y su propósito en estos términos:
  • Lc 2:10-11: «Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.»
  • Entonces el mensaje que debe ser dado en navidad es ese, que nos nació un niño que vino a salvarnos de nuestros pecados. Y ese niño es Cristo, el Señor.
  • Otros textos complementan la verdad:
  • Mt 1:21-23: «Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo: He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios.»
  • Tres preguntas son claves: ¿A quien nació? ¿A qué nació? ¿Quién nació?

– ¿A QUIÉN NACIÓ? A María, a nosotros.

¿QUIÉN NACIÓ? Cristo, el Señor. El Hijo De Dios, que por eso es Dios.

¿PARA QUÉ NACIÓ? Para salvarnos, salvarnos del pecado.

  • Para salvarnos era necesario que viniera a nosotros en nuestra naturaleza esclava del pecado. Y era necesario que quien viniera no fuera esclavo, sino el mismo creador.

¿Cómo nos salvaría? Quitándonos de aquello que nos hizo esclavos y nos mantenía esclavos: el pecado.

  • Necesitaba quitar el pecado del mundo, para luego destruirlo.
  • Eso es el plan de redención, eso simbolizan las fiestas judías y todo se gestiona en torno al santuario.
  • Para lograrlo él debía convencernos de pecado, pagar por el pecado, quitarnos el pecado a cada uno, quitar el pecado del santuario, y finalmente quitar el pecado del universo.

El Plan de Redención abarca cuatro etapas: la etapa de Profeta, Cordero, Sacerdote y Rey. Para ello era necesario que fuese como Dios y era clave nacer en nuestra naturaleza humana, para:

COMO PROFETA:

  • Era el Verbo de Dios,
  • Que encarnado aprendió la lengua humana, para hablar la verdad de Dios en nuestro idioma;
  • Para que entendamos la verdad al leer con fe, y podernos convencer de pecado. Esto lo hizo durante los 3 años y medio de su ministerio como profeta, como lo profetizó Daniel 9, al principiar la última de las 70 semanas, desde que fue ungido en el año 27 DC hasta el año 31 DC.

COMO CORDERO:

  • El Autor de la vida,
  • Recibió nuestra muerte y pecado por herencia y por imputación,
  • Para poner su vida divina en pago de nuestra deuda y sacar a luz la vida y la inmortalidad. De este modo puede darnos la dádiva de la vida eterna. Esto lo hizo al final de su ministerio, a la mitad de la semana setenta de Daniel 9, en la tierra o atrio, en la Pascua del año 31 DC. Allí fue ofrecido como el Cordero de Dios.

COMO SACERDOTE:

  • Al que no conoció pecado,
  • Por nosotros lo hizo pecado,
  • Para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en él (2 Corintios 5.21). Para eso fue resucitado (Rom 4.25), y para eso entró en el santuario real, para presentarse por nosotros ante Dios (Heb 9.24), para interceder por nosotros (Rom 8.34; Heb 7.25). Esto lo hizo después de resucitar y ascender al cielo, donde comenzó su ministerio como Sacerdote, en el Pentecostés del año 31 DC, y en el lugar santo del Santuario Celestial.
  • Al que siendo la imagen misma del Dios invisible (Colosenses 1.15), y no podía ser tentado, por ser Dios (Santiago 1.13),
  • Fue hecho semejante en todo a sus hermanos (Hebreos 2.17), y fue tentado en todo como nosotros (Hebreos 4.15),
  • Y esto para ser sacerdote misericordioso (Heb 2.17) y para compadecerse de nuestras flaquezas (Heb 4.15). Y es esto lo que lo capacitó como Sacerdote (Heb 5.1-2). Así puede ofrecer por nosotros (vers 3).
  • El que siendo de vida indestructible (Heb 7.16), santo, inocente y más sublime que los cielos (vs 24-25);
  • Fue hecho en todo semejante a sus hermanos (Heb 2.17),
  • Para expiar los pecados del pueblo (Heb 2.17). La base de la expiación es el macho cabrío por Jehová. El expía los pecados de las personas y los depositados en el santuario con su sangre. Por eso, debía ser semejante en todo a sus hermanos, debía llevar el pecado de sus hermanos, debía morir la muerte de sus hermanos. Esto lo está haciendo desde el final de las 2300 tardes y mañanas de Daniel 8.14 (1844), en la fiesta de Expiación (22/10), donde comenzó su ministerio como Sumo Sacerdote, en el lugar santísimo del Santuario Celestial.

COMO REY:

  • El que siendo príncipe del Universo (Hechos 5.31; Isaías 9.6; Prov 8.22-23; Daniel 10.21; 12.1), el primogénito de toda creación (Col 1.15), el mismo Creador de todo (Col 1.16; Juan 1.3; Heb 1.2, 10-12);
  • Se hizo de la simiente de Adán pecador (Lucas 3.38), de Abraham (Heb 2.16) y de David (Rom 1.3, Apoc 5.5);
  • Para heredar el reino de Adán y ser segundo Adán (1 Cor 15.45), heredar la promesa de la tierra dada a la simiente de Abraham (Galatas 3.16), y heredar el reino de Israel, de los Judíos (Lucas 1.32-33; Mateo 2.2).
  • Este reino sería restaurado no en el tiempo de su primera venida (Hechos 1.6), sino cuando habiéndo concluido su obra de expiacion, tome el reino (Daniel 7.14; Apoc 11.15) y venga a liberarlos (Mateo 25.31).

CONCLUSIÓN:

Hermanos, hoy hemos contemplado el profundo significado del nacimiento de Jesús. Este no fue un evento casual ni una simple celebración terrenal. Fue el cumplimiento del plan eterno de Dios: el Hijo del Altísimo descendió del trono de gloria para caminar entre nosotros, para redimirnos de nuestra esclavitud al pecado y llevarnos a la vida eterna.

En su primera venida, nació como un niño indefenso, pero en su misión cargaba la corona de Rey, el sacrificio del Cordero y el manto del Sacerdote. Fue el Verbo eterno que se hizo carne para hablarnos cara a cara, el Autor de la vida que entregó su propia vida, y el Sumo Sacerdote que ahora intercede por ti y por mí.

Sin embargo, esta historia no termina aquí. Él vino una vez, pero prometió regresar. ¡Y cuando lo haga, no será como un bebé en un pesebre! Vendrá en su gloria, acompañado por las huestes celestiales, para sentarse en su trono de justicia. El Rey de reyes tomará el reino y liberará a su pueblo. Ese será el día en que cada rodilla se doblará y cada lengua confesará que Jesucristo es el Señor.

Entonces, en esta temporada, mientras el mundo celebra un evento distorsionado por las tradiciones humanas, recordemos la verdad. No celebramos una fecha; celebramos un propósito. No solo recordamos su nacimiento, sino que esperamos ansiosos su regreso. ¡El mismo que nació para salvarnos volverá para redimirnos completamente!

Hoy, Él sigue intercediendo en el Santuario Celestial, esperando que cada corazón aquí presente responda a su llamado. ¿Aceptarás tú ese regalo? ¿Permitirás que su sacrificio, su sacerdocio y su reino transformen tu vida?

Levanta tu mirada hacia el cielo, porque el que nació para ser tu Salvador pronto volverá como tu Rey. ¡Prepárate para encontrarte con tu Dios!

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